A primera vista, un disco DVD es prácticamente indistinguible de un CD convencional; quizá tiene un brillo más o menos particular, pero dejando aparte esto nos encontramos con la clásica oblea redonda de material plástico, de 12 cm de diámetro y con el agujero en el centro. Entonces, ¿qué le diferencia del clásico CD-ROM o del aún más clásico CD de música?
Para ver la diferencia necesitaríamos un microscopio; en el DVD, al igual que en el CD, la información digital se representa mediante microscópicas marcas como agujeritos en la superficie del CD (tapadas por una resina transparente protectora). Lo que ocurre es que en el DVD dichas marcas son más pequeñas y están más juntas, por lo que al caber más la capacidad es mayor. ¿Simple, verdad?
Tipos de DVD
Mientras que de nuestro viejo amigo el CD sólo existía un tipo (aparte de los mini-CDs de 8 cm), en el DVD tenemos hasta 4 variedades (y esto sin contar los grabables): una cara y una capa, una cara y dos capas, dos caras y una capa y dos caras y dos capas. Cara se refiere a las dos del disco DVD: la de adelante y la de detrás (de nuevo una solución simple pero eficaz); capa es algo más complicado, se refiere a capas de material (y por tanto de información) superpuestas en la misma cara del disco.
Así, la capacidad de un DVD va desde los 4,7 GB de la variedad de una cara y una capa hasta los 17 GB de la de dos caras y dos capas; o, equivalentemente, la capacidad de 7 a 26 CDs convencionales. ¿Escalofriante, verdad?
¿Y para qué sirve tanta capacidad, se preguntará usted? Y yo, la verdad. Para distribuir programas no, sin duda, porque ¿quién es el guapo que tiene un disco duro de 17 GB? ¿Se imagina que la nueva versión de Word ocupara más de los 650 MB de un CD-ROM? No, la principal función es el almacenaje de vídeo digital, para lo cual 17 GB no es una cifra demasiado exagerada.
En el formato MPEG-2, un formato de compresión de vídeo digital (en el que emiten Canal Satélite y Vía Digital, por ejemplo), esos 17 GB se quedan en menos de 10 horas (eso sí, con sonido Dolby Digital AC-3). Y como la variedad más común de DVD es la de una cara y una capa, resultan algo más de 2 horas de vídeo; suficiente para una película con mayor calidad que en VHS, doblada en varios idiomas y con subtítulos en algunos más, a elección del usuario.
Los DVD para datos informáticos se denominan DVD-ROM, mientras que los de vídeo se denominan DVD-Vídeo o simplemente DVD. También existen normas que definen DVDs de 8 cm, pero probablemente se usen tan poco como los CDs de ese tamaño.
Conclusiones
O lo que es lo mismo, ¿me compro el DVD o no? Pues... por ahora, mejor no. La oferta de títulos de vídeo en DVD es aún muy precaria, la de juegos inexistente, y el "parque" de unidades ridículo; ¿conoce a alguien con un DVD? Y es que al DVD le falta algo para sustituir al VHS: grabar. Si se pudiera grabar, podría sustituir al CD-ROM, al vídeo VHS y al CD y la casete del equipo de música.
Sin embargo, para los usos de distribución, basta con la capacidad de un CD o dos; como unidad para copias de seguridad necesitamos grabar, claro; los precios de las unidades lectoras no son muy altos, pero aún tienen problemas al leer CDs grabables y regrabables; y las unidades grabables se encuentran en un peligroso estado embrionario. Un panorama que no invita a la compra inmediata, la verdad.
Yo sólo se lo recomendaría a los aficionados al vídeo y sobre todo a los fanáticos de los juegos, que será donde se utilice pronto (aunque tampoco demasiado, recuerde que casi nadie tiene DVD pero casi todos tenemos CD-ROM); eso en el caso de que vayan a comprar un ordenador nuevo, ya que la diferencia con un CD-ROM no es mucha si no incluimos la tarjeta MPEG-2. Para los que ya tienen ordenador, resulta mejor esperar un poco a ver qué pasa; mientras tanto, los precios bajan.
Por cierto: los discos DVD son aún más delicados frente al polvo y las huellas dactilares que los CD-ROM. ¿Por qué no les inventan una funda en vez de aumentar la capacidad? ¿O hacerlos de 8 cm, que serían más manejables y existen las normas para fabricarlos? En un DVD-ROM de 8 cm cabrían de 1,4 hasta 4,95 GB; yo me conformaba, la verdad.