A finales de 1.992, cansada de que su competencia (AMD y Cyrix sobre todo) copiara no sólo sus diseños de microprocesadores sino sus mismos nombres comerciales, Intel decidió que el sucesor del 486 no se llamaría 586, sino Pentium... ¡como si no tuviera bastante el latín con ser una lengua muerta, encima es pasto de publicistas yankees!
En aquella época parecía imposible que aquel curioso nombre se perpetuara hasta el siglo XXI... pero mientras algunas cosas cambian, como por ejemplo el meritorio paso de AMD de empresa "asimiladora" de ideas ajenas a potente innovadora tecnológica, otras permanecen. Llegó primero el Pentium "clásico", luego el remozado Pentium MMX, el potente e innovador Pentium Pro, el exitoso Pentium II... y ya estamos ante el Pentium III, también conocido como Katmai. ¿Será un digno miembro de la gama Pentium? Veámoslo...
Un vistazo al exterior
A primera vista, un Pentium III (en adelante "P3") se parece muchísimo a un híbrido de Pentium II y Celeron. Por delante tiene la forma típica de cartucho negro para conectar al Slot1 que ya tenía el Pentium II... pero por el otro lado está desnudo, como el Celeron.
Intel denomina este formato S.E.C.C.2, para diferenciarlo del formato S.E.C.C. del Pentium II y del S.E.P.P del Celeron (no se habrán cansado mucho a la hora de buscar nombres, no). El objetivo buscado al eliminar una de las caras de plástico es aumentar la refrigeración de los chips, tanto del micro en sí como de los chips de caché L2, ya que de esta forma el disipador de calor apoya directamente sobre ellos.
Por lo demás, poco que comentar. El nuevo formato es una buena idea, aunque no es algo que emocione demasiado, pero el micro en sí no tiene nada destacable físicamente, se parece mucho a los más recientes Pentium II.
Bien, parece que no hay muchas diferencias, ¿verdad? Pues no, no las hay. Durante bastante tiempo, muchos esperamos que el P3 llegara al mercado con 64 KB de L1, o un bus de 133 MHz, o con la L2 funcionando a la misma velocidad del micro (como en los Celeron y los AMD K6-3)... vanas esperanzas. Tecnológicamente, el actual P3 es totalmente idéntico a un Pentium II de 350 MHz o más salvo por las nuevas instrucciones SSE.
¿Pentium III = Pentium II MMX-2?
Como decíamos, el salto evolutivo que ha desembocado en el P3 ha sido la incorporación de 70 nuevas instrucciones llamadas oficialmente SSE, Streaming SIMD Extensions (extensiones SIMD de flujo), aunque durante mucho tiempo las conocimos como KNI (Katmai New Instructions, nuevas instrucciones del Katmai, el nombre técnico del P3) y mucha gente prefiere llamarlas, más comercialmente, MMX-2.
Probablemente el nombre más adecuado no sea el oficial, sino el preferido de los publicistas: MMX-2. Las originales instrucciones MMX significan MultiMedia eXtensions, un nombre lógico si tenemos en cuenta que se crearon para aumentar el rendimiento en las aplicaciones multimedia (aquellas que combinan imagen, sonido y/o vídeo).
El problema de dichas instrucciones MMX (que incorporan todos los micros desde los ya clásicos Pentium MMX y AMD K6) era que no podían ser utilizadas junto con la FPU, la unidad matemática de coma flotante del micro, de enorme importancia en aplicaciones como juegos o CAD. Esto hacía que muchos programadores no optimizaran los programas para MMX, ya que "sólo MMX" o "sólo FPU" no era una elección agradable.
El P3 resuelve este problema de dos maneras:
- Las instrucciones SSE permiten realizar cálculos matemáticos con números con coma flotante, al contrario que las MMX, que sólo los realizan con números enteros.
- Las instrucciones SSE pueden utilizarse simultáneamente con la FPU o con instrucciones MMX.
Para entender el proceso que siguen estas instrucciones para acelerar los cálculos podemos fijarnos en la palabra SIMD: Single Instruction, Multiple Data; instrucción única, datos múltiples. Estas instrucciones permiten realizar una única operación compleja con varios datos en vez de realizar varias operaciones más simples, pudiendo hacer hasta 4 operaciones en coma flotante por cada ciclo de reloj.
Además, algunas de estas 70 nuevas instrucciones optimizan el rendimiento en apartados multimedia como la reproducción de vídeo MPEG-2 o el reconocimiento de voz, mientras otras aceleran el acceso a la memoria.
¿Sus problemas? Claramente, que para que exista aumento de rendimiento, las aplicaciones deben estar optimizadas para las nuevas instrucciones. Es decir, que en aplicaciones no optimizadas (el 99,99% de las actuales), un Pentium II y un Pentium III a la misma velocidad de reloj dan unos resultados idénticos.