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Página actualizada
el 22/11/2000


Autor:
Juan Herrerías Rey
 

Instalar un disco duro


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Almacenamiento


 

Unidades de disquete

Por malo y anticuado que sea un ordenador, siempre dispone de al menos uno de estos aparatos. Su capacidad es totalmente insuficiente para las necesidades actuales, pero cuentan con la ventaja que les dan los muchos años que llevan como estándar absoluto para almacenamiento portátil.

Disquete de 5,25 pulgadas

¿Estándar? Bien, quizá no tanto. Desde aquel lejano 1.981, el mundo del PC ha conocido casi diez tipos distintos de disquetes y de lectores para los mismos. Originariamente los disquetes eran flexibles y bastante grandes, unas 5,25 pulgadas de ancho. La capacidad primera de 160 Kb se reveló enseguida como insuficiente, por lo que empezó a crecer y no paró hasta los 1,44 MB, ya con los disquetes actuales, más pequeños (3,5"), más rígidos y protegidos por una pestaña metálica.

Incluso existe un modelo de 2,88 MB y 3,5" que incorporaban algunos ordenadores IBM, pero no llegó a cuajar porque los discos resultaban algo caros y seguían siendo demasiado escasos para aplicaciones un tanto serias; mucha gente opina que hasta los 100 MB de un Zip son insuficientes. De cualquier forma, los tipos más comunes de disquetes aparecen en la siguiente tabla:

Tamaño

Tipo de disco

Capacidad

Explicación

5,25"

SS/DD

180 Kb

Una cara, doble densidad. Desfasado

5,25"

DS/DD

360 Kb

Dos caras, doble densidad. Desfasado

5,25"

DS/HD

1,2 MB

Dos caras, alta densidad. Desfasado pero útil

3,5"

DS/DD

720 Kb

Dos caras, doble densidad. Desfasado pero muy común

3,5"

DS/HD

1,44 MB

Dos caras, alta densidad. El estándar actual

Las disqueteras son compatibles "hacia atrás"; es decir, que en una disquetera de 3,5" de alta densidad (de 1,44 MB) podemos usar discos de 720 Kb o de 1,44 MB, pero en una de doble densidad, más antigua, sólo podemos usarlos de 720 Kb.

Disquete de 3,5 pulgadas de alta densidad

Por cierto, para distinguir a primera vista un disco de 3,5" de alta densidad de otro de doble, basta con observar el número de agujeros que presenta en su parte inferior. Si tiene sólo uno, situado en el lado izquierdo de la imagen y generalmente provisto de una pestaña móvil, se trata de un disco de doble densidad; si tiene dos agujeros, no hay duda de que se trata de un disco de alta densidad. Si el primero de los agujeros está al descubierto el disco estará protegido contra escritura; el segundo sólo sirve para diferenciar ambos tipos de disquetes.

De cualquier forma, el disquete deberá estar formateado a la capacidad correcta, para lo cual podemos usar la orden FORMAT del DOS o bien los menús de Windows (personalmente, prefiero la orden de DOS). Debe tenerse en cuenta que si no especificamos nada, el disco intentará ser formateado a la capacidad nominal de la disquetera, lo que con un disco de capacidad inferior puede ser un error desastroso. Por ejemplo, a continuación aparecen algunas órdenes de formateado comunes:

Orden de formateado

Explicación

FORMAT A:

Da formato al disco de la unidad "A" a la capacidad nominal de la disquetera

FORMAT B: /F:720

Da formato al disco de la unidad "B" a 720 Kb de capacidad

FORMAT A: /S

Da formato al disco de la unidad "A" a la capacidad nominal de la disquetera y copia los archivos de sistema (es decir, crea un disco básico de arranque)

Los ordenadores normales disponen de un puerto para dos disqueteras, que irán conectadas a un único cable de datos. La que esté conectada en el extremo del mismo será la primera (la "A" en DOS) y la que esté en el segundo conector, entre el ordenador y la anterior disquetera, será la segunda (la "B").

Resulta común tener un ordenador que resulta suficiente para las tareas que le pedimos, pero que tiene una disquetera de un modelo anticuado, bien de 5,25" o de 3,5" de doble densidad, para las que incluso puede ser difícil encontrar discos apropiados (especialmente en el caso de las de 5,25"). En tal caso, merece la pena instalar una disquetera moderna de 3,5" y 1,44 MB, ya que cuestan menos de 5.000 pts y es una de las tareas más sencillas de hacer, como se explica en este hipervínculo.

Los disquetes tienen fama de ser unos dispositivos muy poco fiables en cuanto al almacenaje a largo plazo de la información; y en efecto, lo son. Les afecta todo lo imaginable: campos magnéticos, calor, frío, humedad, golpes, polvo... Hace un tiempo verifiqué unos 25 disquetes de diferentes marcas de un antiguo 286, que estaban guardados en una caja de plástico para disquetes, y casi la mitad no funcionaba, lo que no me sorprendió en absoluto.

Si tiene programas en disquete, haga copias inmediatamente y guarde los originales en lugar seguro. Si tiene datos importantes almacenados en disquete, haga copias nuevas y piense en otro método mejor de almacenaje. Y ante todo, compre siempre disquetes de marca. No le salvarán de los fallos futuros, pero al menos estarán más o menos bien de origen; las economías en estos temas son malas compañeras, huya de los disquetes metidos en cajas blancas sin logotipos como de la peste o le pesará...

 

Discos duros

Disco duro sin la carcasa

Son otro de los elementos habituales en los ordenadores, al menos desde los tiempos del 286. Un disco duro está compuesto de numerosos discos de material sensible a los campos magnéticos, apilados unos sobre otros; en realidad se parece mucho a una pila de disquetes sin sus fundas y con el mecanismo de giro y el brazo lector incluido en la carcasa.

Los discos duros han evolucionado mucho desde los modelos primitivos de 10 ó 20 MB. Actualmente los tamaños son del orden de varios gigabytes, el tiempo medio de acceso es muy bajo (menos de 20 ms) y su velocidad de transferencia es tan alta que deben girar a más de 5.000 rpm (revoluciones por minuto), lo que desgraciadamente hace que se calienten como demonios, por lo que no es ninguna tontería instalarles un ventilador para su refrigeración.

Una diferencia fundamental entre unos y otros discos duros es su interfaz de conexión. Antiguamente se usaban diversos tipos, como MFM, RLL o ESDI, aunque en la actualidad sólo se emplean dos: IDE y SCSI.

 

Discos duros IDE

El interfaz IDE (más correctamente denominado ATA, el estándar de normas en que se basa) es el más usado en PCs normales, debido a que tiene un balance bastante adecuado entre precio y prestaciones. Los discos duros IDE se distribuyen en canales en los que puede haber un máximo de 2 dispositivos por canal; en el estándar IDE inicial sólo se disponía de un canal, por lo que el número máximo de dispositivos IDE era 2.

El estándar IDE fue ampliado por la norma ATA-2 en lo que se ha dado en denominar EIDE (Enhanced IDE o IDE mejorado). Los sistemas EIDE disponen de 2 canales IDE, primario y secundario, con lo que pueden aceptar hasta 4 dispositivos, que no tienen porqué ser discos duros mientras cumplan las normas de conectores ATAPI; por ejemplo, los CD-ROMs y algunas unidades SuperDisk se presentan con este tipo de conector.

En cada uno de los canales IDE debe haber un dispositivo Maestro (master) y otro Esclavo (slave). El maestro es el primero de los dos y se suele situar al final del cable, asignándosele generalmente la letra "C" en DOS. El esclavo es el segundo, normalmente conectado en el centro del cable entre el maestro y la controladora, la cual muchas veces está integrada en la propia placa base; se le asignaría la letra "D".

Los dispositivos IDE o EIDE como discos duros o CD-ROMs disponen de unos microinterruptores (jumpers), situados generalmente en la parte posterior o inferior de los mismos, que permiten seleccionar su carácter de maestro, esclavo o incluso otras posibilidades como "maestro sin esclavo". Las posiciones de los jumpers vienen indicadas en una pegatina en la superficie del disco, o bien en el manual o serigrafiadas en la placa de circuito del disco duro, con las letras M para designar "maestro" y S para "esclavo".

Otros avances en velocidad vienen de los modos de acceso:

Modo de acceso

Transferencia máxima teórica

Comentario

PIO-0

3,3 MB/s

En discos muy antiguos, de 100 MB o menos

PIO-1

5,2 MB/s

En discos antiguos, de capacidad menor de unos 400 MB

PIO-2

8,3 MB/s

PIO-3

11,1 MB/s

Típicos en discos de capacidad entre unos 400 MB y 2 GB

PIO-4

16,6 MB/s

DMA-1 multiword

13,3 MB/s

Modos de utilidad dudosa, ya que su velocidad no es mayor que en el modo PIO-4

DMA-2 multiword o DMA/16

16,6 MB/s

UltraDMA (DMA33 o UltraDMA modo 2)

33,3 MB/s

El estándar hasta hace muy poco

UltraDMA66 (ATA66 o UltraDMA modo 4)

66,6 MB/s

El estándar actual; utiliza un cable de 40 pines y 80 conductores

Aunque en este terreno se barajan las cifras de transferencia máxima teóricas entre el disco duro y el PC, no las que físicamente puede alcanzar el disco internamente; los 66,6 MB/s son absolutamente inalcanzables para cualquier disco duro actual. En realidad, llegar a 25 MB/s con un disco duro UltraDMA es algo bastante difícil de conseguir, actualmente las cifras habituales están más bien por unos 10 a 20 MB/s.

Los modos PIO se habilitan generalmente mediante la BIOS y dan pocos problemas, aunque en discos duros no actuales a veces la autodetección del modo PIO da un modo un grado superior al que realmente puede soportar con fiabilidad, pasa mucho por ejemplo con discos que se identifican como PIO-4 pero que no son fiables más que a PIO-3.

Los modos DMA tienen la ventaja de que liberan al microprocesador de gran parte del trabajo de la transferencia de datos, encargándoselo al chipset de la placa (si es que éste tiene esa capacidad, como ocurre desde los tiempos de los Intel Tritón), algo parecido a lo que hace la tecnología SCSI. Sin embargo, la activación de esta característica (conocida como bus mastering) requiere utilizar los drivers adecuados y puede dar problemas con el CD-ROM, por lo que en realidad el único modo útil es el UltraDMA (y ni siquiera he comentado los muy desfasados modos DMA singleword).

Se debe tener en cuenta que la activación o no de estas características es opcional y la compatibilidad hacia atrás está garantizada; podemos comprar un disco duro UltraDMA y usarlo en modo PIO-0 sin problemas, sólo estaremos tirando el dinero. Así que si quiere un disco para un 486 que no soporta bus mastering, no se preocupe: compre un disco UltraDMA y seleccione el modo PIO-4, apenas apreciará la diferencia de rendimiento y la instalación será incluso más sencilla.

Para más información sobre discos duros IDE como el manejo de la BIOS, el modo LBA para discos de más de 528 MB, las configuraciones de jumpers y demás, recomiendo consultar mi página sobre Instalar un disco duro.

 

Discos duros SCSI

Sobre este interfaz ya hemos hablado antes en el apartado de generalidades; sólo recalcar que la ventaja de estos discos no está en su mecánica, que puede ser idéntica a la de uno IDE (misma velocidad de rotación, mismo tiempo medio de acceso...) sino en que la transferencia de datos es más constante y casi independiente de la carga de trabajo del microprocesador.

Esto hace que la ventaja de los discos duros SCSI sea apreciable en ordenadores cargados de trabajo, como servidores, ordenadores para CAD o vídeo, o cuando se realiza multitarea de forma intensiva, mientras que si lo único que queremos es cargar Word y hacer una carta la diferencia de rendimiento con un disco UltraDMA será inapreciable.

En los discos SCSI resulta raro llegar a los 20 MB/s de transferencia teórica del modo Ultra SCSI, y ni de lejos a los 80 MB/s del modo Ultra-2 Wide SCSI, pero sí a cifras quizá alcanzables pero nunca superables por un disco IDE. De lo que no hay duda es que los discos SCSI son una opción profesional, de precio y prestaciones elevadas, por lo que los fabricantes siempre escogen este tipo de interfaz para sus discos de mayor capacidad y velocidad. Resulta francamente difícil encontrar un disco duro SCSI de mala calidad, pero debido a su alto precio conviene proteger nuestra inversión buscando uno con una garantía de varios años, 3 ó más por lo que pueda pasar... aunque sea improbable.

 


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