ABIT KT7-RAID: la mejor de su clase
Usando RAID en la KT7-RAID
Si se decide a configurar los discos en RAID, una vez probada la placa resulta muy recomendable ir al sitio web de ABIT para actualizar la BIOS de la placa base (lo que actualizará también la de la controladora RAID), además de conseguir los últimos drivers. No es algo imprescindible... pero es el mejor momento para hacerlo.
Como hemos dicho, la ABIT KT7-RAID soporta los modos RAID 0, 1 y 0 + 1. Si se va a instalar un sistema RAID, salvo que vaya a hacerse un RAID 1 (mirror), lo normal (y lo más fácil y recomendable en cualquier caso) es utilizar discos vacíos; cuidado, ¡hacer un RAID 0 borra todo el contenido de los discos! Se conectan a los canales de la HPT370 (si son sólo 2, mejor en canales separados), se va a la BIOS de la controladora (pulsando Control+H al arrancar) y se eligen el modo y los discos a usar.
Una nota sobre el tema de los discos a usar en RAID: sabemos por otros informes que no hay limitaciones de importancia en el tamaño, tipo o marca de los discos a utilizar, pero nosotros recomendamos que sean discos exactamente del mismo modelo, para no introducir desfases y desajustes por diferencias de velocidad que pueden afectar al rendimiento (y porque si puedes hacerlo fácil, ¿para qué complicarte?). En todo caso, siguiendo ciertas reglas (igual o mayor tamaño para el disco espejo en RAID 1, por ejemplo) mezclar discos es perfectamente posible.
La configuración en la BIOS es sencilla y viene relativamente bien explicada (en inglés) en el manual; a continuación deberemos pasar a la parte software y particionarlos con FDISK desde un disquete de arranque. Veremos los discos como uno solo, si tenemos un RAID 0 de la suma de las capacidades; en el caso de que el tamaño supere 64 GB, parece ser que FDISK no los reconoce bien (¡Windows sí, pero aún no está instalado!), así que deberemos usar otro particionador (uno de Linux, por ejemplo). Hecho esto, se formatea con FORMAT y se instala el sistema operativo.
¿Sencillo, verdad? Pues no, realmente NO. Para alguien con algo de experiencia con el hardware y conocimientos de inglés sí lo es, pero si la palabra "BIOS" le causa dolor de cabeza y nunca ha instalado un disco duro puede pasar un mal rato; aunque total, si los discos están vacíos, poco daño puede hacer...
Y como el tema lo merece, ahí va algo más de información (en inglés, claro):
Pruebas y rendimiento
Las pruebas en nuestra KT7-RAID no han sido cosa de broma, fundamentalmente por el trabajo añadido de probar con y sin RAID (y formatear, instalar Windows...). Como microprocesador hemos escogido un AMD Duron 700 MHz, un micro que ofrece un rendimiento excepcional con un coste sencillamente ridículo, como veremos dentro de poco en un artículo dedicado al mismo.
El resto del material era bastante estándar: 128 MB de PC133, tarjeta gráfica TNT2 Ultra y un par de discos Seagate ST38422A, ATA/66 de 8 GB, para probar las características RAID. Desgraciadamente, limitaciones económicas y temporales han obligado a que dichos discos fueran "normales", es decir, de 5.400 rpm, pero han servido para mostrar el aumento de rendimiento en RAID 0.
Primero, lo más importante: la estabilidad. Sea por el ventilador del chipset, por el diseño eléctrico, por la calidad o por otros motivos, nuestra placa KT7-RAID funcionó perfectamente estable en todo momento.
...Ojo, la nuestra, porque esto de recomendar siempre es peligroso, en todo proceso de fabricación existen series mejores y peores. Y también es cierto que por si acaso actualizamos la BIOS y los drivers de chipset, controladora y tarjeta gráfica, porque desgraciadamente para obtener una estabilidad elevada siempre le toca trabajar un poco al usuario.
En cuanto al rendimiento general, digamos que fue "correcto", ya que en la actualidad las diferencias de velocidad entre placas con el mismo chipset son pequeñas y poco concluyentes. Lo mismo pasa con el RAID 1: sencillamente funcionó, hizo una copia de un disco en otro, lo cual es útil pero poco excitante.
El caso del RAID 0 tenía más "morbo", por comprobar si la velocidad era significativamente mayor. Según Sandra 2000 y Winstone 99, sí lo es: un aumento de rendimiento del 23% (como media, Sandra es un benchmark sintético y sus valores no se reflejan tanto en la realidad) y un tiempo de carga considerablemente menor, aunque en otras pruebas sencillamente no se aprecia (Quake carga los niveles algo más rápido, pero se ve exactamente a la misma velocidad).
En cuanto al overclocking, no hubo sorpresas negativas: soportó todo sin problemas, los factores limitantes fueron el micro y la memoria, como es habitual; se alcanzaron fácilmente los 805 MHz (ajustando el bus del micro a 115 MHz), y subiendo los voltajes una décima conseguimos 35 MHz adicionales. La estabilidad a 805 MHz fue casi perfecta, lo que no está mal en un overclocking ¡del 15%, nada menos!
Ahora mismo seguimos "presionando" al Duron en esta placa, en el próximo artículo veremos si hay novedades al respecto.
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