El tamaño: necesito más, más...
Parecerá increíble, pero aún existimos sobre la Tierra "veteranos" que conocimos aquellos discos duros de ¡20 MB! que parecía imposible que llegaran a llenarse; y habría sido temible que lo hicieran, porque costaban más de 50.000 pts de la época; es decir, más de 2.500 pts/MB (15 euros/MB, para los modernos).
Hoy en día, los discos duros se contabilizan por GBs, coloquialmente "gigas", que recordemos para los menos avanzados que equivalen a 1.024 MB (técnicamente, aunque comercialmente se suelen emplear múltiplos de 1.000 para convertir un disco de 8,2 GB en 8,6 GB "por arte de publi-magia").
El disco duro más pequeño que puede encontrarse actualmente es el de 4 GB, mientras que el más grande es de 15 GB... no, 20 GB... no, no, 25 GB. Bien, en realidad, podría decirse que existen discos duros de cualquier tamaño, aunque si nos mantenemos en unos precios razonables, la gama va de los 4 a los 15 GB. Evidentemente, con estas cifras, cualquiera de estos discos puede servirnos si lo que queremos es instalar Windows, Office y un programa de contabilidad, y aún nos sobrará capacidad para, digamos, unas 50.000 cartas y varios millones de apuntes bancarios. Así que el usuario ofimático puede despreocuparse del tamaño del aparatito en cuestión.
Un caso distinto es el del usuario doméstico; en teoría, apenas necesitaría un poco más de capacidad que el usuario ofimático, pero no lo dude: la realidad es que su hijo (o usted mismo) pronto saturará el disco duro con decenas o cientos de juegos, algunos con necesidades del orden de cientos de MBs. Así que tiene dos opciones: o se acostumbra a ser ordenado y borra aquellos juegos que nunca utiliza, o es realista y se compra un disco duro de 6 u 8 GB, que afortunadamente le supondrá un desembolso económico pequeño.
En cuanto a los profesionales del CAD o la edición de vídeo, la capacidad que siguen necesitando sigue siendo bastante elevada, aunque en este caso el tamaño no debe ser una obsesión; sencillamente, estudie sus necesidades concretas y compre un poco más de lo que necesita, pero recuerde que en estas aplicaciones el disco duro es sólo una herramienta de trabajo, nunca de archivo. Para eso están los magneto-ópticos, el Jaz o las omnipresentes grabadoras de CD.
Y para terminar, un comentario sobre los usuarios de portátiles: ¿cuál es el tamaño idóneo de un disco duro para portátil? Ni idea, pero nunca menos de lo que pueda necesitar en el futuro. Ampliar la capacidad de almacenamiento de un ordenador de sobremesa es algo tan sencillo y económico como dificultoso y caro es hacerlo en el caso de un portátil.
Incluso los discos SCSI tienen un precio "asequible", pese a costar aproximadamente el doble que uno IDE y necesitar una controladora SCSI. Cierto es que a cambio suelen ser algo más rápidos, es una tecnología más avanzada que IDE (¿o no? volveremos sobre esto) y suelen tener garantías de varios años.
Finalmente, compre con la cabeza: no se instale un disco duro de 10 GB sólo porque puede pagarlo, pero si la diferencia entre uno de 4 GB y otro de 6 GB es sólo de 3.000 pts... ¡qué demonios! Un día es un día.