En este aspecto la placa no ha evolucionado desde la BE6, ni falta que le hace. Es una de las escasísimas placas base con chipset BX que soporta el nuevo modo de transferencia para discos diros UltraDMA66, que permite alcanzar picos de hasta 66 MB/s (si el disco duro soporta UltraDMA66 y es lo suficientemente rápido, claro).

Al no soportar el chipset BX este modo de transferencia, se necesitaría instalar una tarjeta controladora IDE o, como en la BE6 y la BE6-II, un chip controlador IDE integrado en la placa base, que nos evita tener un trasto más ocupando sitio dentro del ordenador.

Si adquirimos una placa base como la BE6-II, no podemos cometer la herejía de desaprovechar su enorme potencial para el overclocking; tiene gran calidad, tiene UltraDMA66... sí, de acuerdo; pero no hay nada como jugar a "mi micro corre 2 MHz más que el tuyo"... Un juego que si se hace mal puede acabar con un micro "tostado", no lo olvide.

Poder incrementar el bus MHz a MHz es algo fabuloso. Por ejemplo, compramos un micro Pentium III, uno barato (relativamente) de 450 MHz, que nominalmente debería funcionar a 100 MHz x 4,5. Lo ponemos en 100 MHz, vemos que funciona... y ahora, MHz a MHz, hacia arriba. Observemos la siguiente tabla:

Las velocidades de bus de esa tabla son las que tienen las placas Slot1 con buenas capacidades de overclocking (ojo, algunas no tienen NINGUNA opción de overclocking, las Intel son un triste ejemplo de placas anti-overclocking). La mayoría de los Pentium III 450 soportaría hasta 110 MHz sin problemas, y puede que hasta 112 MHz (aunque nadie asegura que se consiga con todos, etc, etc...).

Pero a partir de 112 MHz empiezan a aparecer problemas, por dos factores: la propia severidad del overclocking (más de un 12%, es decir, más de 54 MHz gratis) y la inestabilidad de la tarjeta gráfica AGP (cuya velocidad será igual a la del bus o bien las 2/3 partes de éste, como en este caso). Es en esta zona donde 1 MHz más o menos representa un auténtico lujo.

Si además utilizamos una tarjeta gráfica PCI, eliminamos gran parte del problema, y ahora todo dependerá de la calidad del micro y del ventilador que poseamos, además de la temperatura interior de la carcasa, de la de la habitación, de la calidad de la memoria (evidentemente, será mejor que sea PC133 o al menos PC100 de marca)...

Podrá controlar estos factores gracias al sistema de monitorización del hardware (temperaturas, velocidad de ventiladores...) y al programa para hacerlo desde Windows además de desde la BIOS. Tendrá además la posibilidad (algo imprescindible para un overclocker) de programar una alarma al llegar a temperaturas de riesgo (más de 55ºC de manera continuada, por ejemplo).

¿Cómo, que hace falta una conclusión? De acueeerdo: si desea introducirse en el mundillo del overclocking, la BE6-II es (probablemente) la placa más idónea. Me suena esta frase, la verdad...

Sin embargo, tenga en cuenta que las placas con chipset i820 no tardarán demasiado en llegar al mercado. Estas placas tienen una ventaja sobre las BX, incluida la BE6-II: permiten seleccionar un divisor de 1/2 para el AGP, algo totalmente imposible con el chipset BX.