El chipset... ¡y la memoria!
Entramos en uno de los temas más polémicos respecto al nuevo micro de Intel: durante muchos meses, sólo estará disponible para memoria RDRAM (Rambus). O, más correctamente: durante muchos meses sólo habrá disponibles placas base con el chipset Intel 850, que sólo soporta memoria RDRAM.
¿Y qué tiene de malo esta memoria? (Si realmente se lo pregunta, es que no nos sigue habitualmente.) Bien, tiene dos problemas: que no es un estándar libre (hay que pagar royalties a su inventora, Rambus Inc.) y su elevado precio (por lo comentado antes y porque es difícil de fabricar).
Sería mucho más deseable utilizar memoria DDR-SDRAM, pero Intel está atada de manos por un contrato con Rambus que se lo impide; ya ha declarado que se arrepiente, que fabricará chipsets para DDR en cuanto expire dicho contrato y que dará licencias a otros fabricantes para diseñar los chipsets adecuados... pero eso llevará mucho tiempo, probablemente todo un año.
En honor a la verdad, la Rambus ha empezado a brillar con este chip, aunque gracias a un pequeño truco: Intel ha utilizado DOS canales de memoria RDRAM, alcanzando 3,2 GB/s de transferencia máxima teórica (1,6 GB/s por canal).
Esto es bastante más que los 2,1 GB/s de la DDR, o el mísero 1 GB/s de la PC133; además, Intel "regala" dos módulos de 64 MB de memoria RDRAM con cada conjunto de placa y micro... Pero no hay nada gratis en la vida, y menos en el mundo del hardware: al ser dos canales, ¡¡deben ocuparse las ranuras de dos en dos con módulos idénticos!!.
Esto complica seriamente las posibilidades de expansión y hace casi inútil la oferta de Intel, pues si este micro es útil en algún ambiente es en el profesional, donde se suelen utilizar 512 MB o más. Como las placas base sólo tienen 4 ranuras RIMM, la única solución sería recurrir a los módulos de RDRAM de 256 MB, cuyo precio es TOTALMENTE PROHIBITIVO.
Y para colmo, no toda la RDRAM es igual, ni mucho menos. La única que realmente merece la pena es la RDRAM PC800; pero bastante gente está vendiendo equipos con memoria RDRAM PC600, cuyo rendimiento es un 50% menor (incluso con dos canales, apenas alcanza los 2,1 GB/s de la muchísimo más económica DDR con un canal). En fin...
Rendimiento (1)
Arquitectura, diseño... donde estén unos buenos gráficos de rendimiento, que se quite todo lo demás. Pues en este caso, hay algún gráfico... pero ciertamente extraño.
El primero es cortesía de Intel; para ser exactos, hemos juntado los datos de dos páginas que Intel se ha encargado de mantener bien separadas, porque no dejan en buen lugar al nuevo microprocesador.
¿Impresionado? ¿Y si le digo que estamos hablando del rendimiento en Word, Excel, PowerPoint, CorelDraw, Netscape Communicator, Photoshop...? Parece claro que la nueva arquitectura del Pentium 4 tiene algún problema, muy probablemente por el larguísimo pipeline de 20 etapas.
Pero bueno, la cosa puede mejorar un poco si nos pasamos al sistema operativo profesional (y más caro) de Microsoft, el Windows 2000:
(Ah, para los suspicaces: la configuración de los ordenadores es IDÉNTICA hasta donde puede serlo (una suerte, la verdad). Sólo se diferencian en el micro, la placa base y la memoria... ¡y los Pentium III ni siquiera utilizan memoria DDR, sólo PC133!!)
Podríamos deducir que el Pentium 4 no está pensado para mejorar el rendimiento en esta clase de tareas "sencillas" (?); ¿y en multimedia? Bien, veamos qué tal se le da el MPEG2 (el formato de compresión de vídeo de los DVD):
Bueno, muchísimo mejor, empezamos a notar la fuerza de los GHz, el bus de 400 MHz y la memoria RDRAM.
Pero aparte de observar que es en las aplicaciones multimedia de audio y vídeo, renderizados y juegos 3D, donde puede merecer la pena el Pentium 4, una simple división nos indica que el diseño es mucho menos potente que el del Pentium III en relación a los MHz (o GHz):
Es decir, que un futuro Pentium III de 1,2 GHz sería más rápido que el Pentium 4 de 1,5 GHz en esta misma tarea.
...Y un Athlon de 1,2 GHz con memoria DDR-SDRAM estaría MUY por delante de ambos, y en este caso no hablamos de un micro futuro, sino de una realidad que está en el mercado.