¿Alguien creía en serio que Intel iba a quedarse de brazos cruzados esperando a que AMD siguiera quitándole "su" mercado? Pese a todo lo que se le pueda criticar como monopolio de facto que es en microprocesadores y chipsets, nadie puede dudar que Intel tiene la potencia y la habilidad para cambiar una situación adversa con un sencillo pero efectivo golpe de mano... y lo ha hecho de nuevo.
Breve (¿?) historia de los Celeron
Para los que no tengan aún muy claro qué es eso del Celeron, vamos a resumir rápidamente (o no tan rápido) la evolución de este chip, denostado en sus orígenes y que ahora parece surgir como la panacea en cuanto a calidad/precio.
Hacia la primavera de 1.998, Intel se dio cuenta de que el segmento de mercado de procesadores de nivel medio-bajo (lo que los ingleses denominan el entry-level, literalmente el nivel de entrada o de partida) estaba siendo copado por los micros K6 de AMD, más potentes que los micros "baratos" de Intel, los Pentium MMX. Además, la llegada de los K6-2 con sus mejoras a nivel de bus (100 MHz en vez de 66) y nuevas instrucciones para 3D (las 3DNow!), todo ello a un precio mucho más asequible que los Pentium II más lentos, imponían una respuesta inmediata.
Ya que Intel no es partidaria de bajar los precios sin más, decidió reutilizar la estrategia de fabricar micros de prestaciones recortadas que ya había utilizado en los 386SX y los 486SX. El 15 de Abril presentó el nuevo "Pentium II-SX", al que se denominó Celeron; consistía en un núcleo idéntico al de los Pentium II pero sin los 512 Kb de memoria caché secundaria o L2, además de presentar la placa de circuito desnuda, sin la carcasa negra de plástico, para abaratar costes.
Las críticas no tardaron en llegar desde todos los frentes. El nuevo micro tenía un rendimiento muy bajo en cualquier tipo de aplicaciones que hicieran uso de la caché L2, como son todas las ofimáticas, Internet, tratamiento de imágenes... En realidad, el rendimiento se veía tan penalizado que el modelo a 266 MHz llegaba a ser fácilmente superado por su ancestro el Pentium MMX a sólo 233 MHz.
El único campo de aplicación eran algunos juegos, gracias a su muy buena unidad matemática, totalmente idéntica a la de los Pentium II; a este respecto, decir que el muy extendido rumor de que los Celeron son Pentium II defectuosos carece absolutamente de fundamento. Sencillamente son modelos con poca o ninguna caché L2, como se aprecia en las siguientes fotos:
Foto superior: micro Pentium II en toda su interioridad, sin la carcasa negra de plástico. Lleva la caché distribuida en varios chips (los rectángulos negros) a los lados del núcleo (la pieza metálica central).
Foto inferior: Celeron Mendocino; carece de carcasa. Lleva 128 Kb de caché L2 integrada en el núcleo, de ahí su gran tamaño.
A Intel le costó bastante admitir su error, lo que sin duda ayudó a que los K6-2 obtuvieran una fuerte implantación, casi por encima de las expectativas de la misma AMD. Pero incluso Intel sabe reconocer un error cuando las cifras lo dejan claro, y por fin el 24 de Agosto anuncia el Celeron con caché, Celeron "A" o Celeron Mendocino, en realidad el nombre técnico del núcleo del chip (basado en el Deschutes que llevan la mayoría de los Pentium II a 333 MHz o más, junto con 128 Kb de caché L2 integrada).
Pero 128 Kb es sólo la cuarta parte de 512 Kb, si no me fallan las matemáticas, así que estos micros serán bastante más lentos que los Pentium II, ¿verdad? Pues no, para nada. La gran baza a favor de los Mendocino es que su caché funciona a la misma velocidad del micro, en vez de a la mitad como en los Pentium II. Esto es algo de una importancia vital, ya que quiere decir que incluso el Mendocino más lento tiene una caché que funciona 75 MHz más rápida que la del Pentium II más rápido, como se aprecia en el siguiente cuadro:
Esto nos dejaba con unos micros bastante interesantes en cuanto a calidad/precio, muy apropiados para labores de ofimática y juegos, con tan sólo dos problemas: su relativamente baja velocidad máxima (sólo existían modelos de 300 y 333 MHz, mientras que el Pentium II llega hasta 450) y un coste aún algo más elevado que una solución basada en el K6-2. Bien, pues ambos problemas se han evaporado de la noche a la mañana...
Nuevos micros, ¿zócalos antiguos?
Mucho se ha comentado acerca de la introducción del Slot1 como método de conexión de los Pentium II y los Celeron. Para el que no conozca el tema, el problema está en que dicho conector y el bus P6 en que se basa están protegidos por fuertes patentes propiedad de Intel, quien se niega totalmente a licenciarlos a cualquiera de sus competidores.
Esto ha llevado a AMD a ampliar la vida útil del zócalo Socket7 dotándole de una velocidad de 100 MHz, lo que le ha permitido seguir ofreciendo una plataforma económica para la familia K6 mientras prepara el SlotA, su propia versión de un conector equivalente al Slot1 para el futuro K7.
Pero aunque el Slot1 ha cumplido perfectamente con el propósito de Intel de crear un virtual monopolio en cuanto a conector para el micro y chipset, presenta un problema: es excesivamente caro para poder competir con comodidad en el mercado de nivel medio-bajo, donde unos miles de pesetas pueden decidir una compra. Así que ha echado marcha atrás y ha decidido crear un nuevo zócalo para sus micros Celeron, el llamado Socket370 o PPGA370.
Dicho zócalo tiene el tamaño y la forma del Socket7, pero resulta incompatible con él ya que utiliza un tipo de bus distinto y además añade muchos más pines, hasta un número de 370 (comprenden de dónde viene el original nombrecito, ¿verdad?). Esta clase de zócalo abarata la fabricación frente al sistema de placa de circuito impreso que han venido utilizando los Celeron y los Pentium II, siendo perfecto para los Celeron Mendocino que no necesitan espacio extra para albergar los chips de caché al llevarla integrada.
Debe tenerse en cuenta que se trata sólo de un cambio de interfaz físico, el rendimiento permanece absolutamente constante ya que se utiliza la misma lógica (el bus P6) y trabaja a la misma velocidad (por ahora 66 MHz, en el futuro quizá hasta 100 MHz).