i810: arriesgado equilibrio prestaciones/precio
Lo siguiente no pretende ser una descripción detallada del
chipset i810, para ello ya existe el apartado correspondiente
dentro del último informe sobre placas base; sin embargo, merece
la pena refrescar un poco la memoria sobre las características
de este nuevo chipset.
Técnicamente, nos encontramos ante la versión i810-DC100
del chipset, lo que quiere decir que incorpora 4 MB de
"memoria caché de vídeo", un detalle que
apenas afectará al rendimiento (siempre que instalemos más de
32 MB de RAM) pero que indica que ABIT no ha escatimado calidad
en la fabricación de este producto.
El chipset ofrece soporte nativo para el nuevo UltraDMA66,
lo que favorecerá el correcto aprovechamiento de los modernos
discos duros, de precio casi idéntico a los anteriores UltraDMA33
pero rendimiento algo superior. Además, al estar soportado por
el propio chipset, será casi imposible que encontremos problemas de
compatibilidad; y al ser un chipset de la empresa "oficial" de los
PC (Intel, por supuesto), difícilmente tendremos problemas con el
soporte software en el futuro (léase "Windows 2000").
Finalmente, tenemos la controladora integrada en el chipset,
basada en el chip i752 de Intel.
Esta controladora ofrece un rendimiento muy destacable
en 2D (Windows, ofimática...), si bien no está a la altura de
la última hornada de tarjetas 3D.
Llegados a este punto, debemos tener en cuenta que el chipset
i810, y por tanto las placas base basadas en el mismo, no está
en absoluto destinado al mercado de gama alta, sino más bien al
ofimático y doméstico, el segmento de mercado llamado del
"PC Económico".
En realidad, se trata de utilizar cada producto para la función
a la que está destinado, y como suele decirse "no pedirle
peras al olmo". Una placa i810 no nos ofrecerá el mayor
rendimiento del mercado, pero con sus controladoras de vídeo y
sonido incorporadas difícilmente superará las 20.000 pts, que
es el precio mínimo de una tarjeta gráfica de alta gama tipo
TNT2 o Voodoo3, a lo que habría que añadir el coste de la placa
base. De nosotros depende evaluar las ventajas y los
inconvenientes, de los cuales el mayor sin duda alguna es la
imposibilidad de actualizar la tarjeta gráfica.
Pruebas y rendimiento
Bueno, dejémonos de teorías y vayamos a la práctica. Para
las pruebas hemos utilizado:
- Placas base ABIT WX6 y ABIT BP6
- Microprocesador Celeron PPGA 400
- 64 MB de memoria DIMM PC100
- Disco duro UltraDMA66 Quantum Fireball CR
de 8,4 GB
- Tarjeta gráfica Intel i740 8 MB SGRAM -
Drivers v. 2.1
La idea ha sido comparar la WX6 con una placa BX dotada de una
tarjeta gráfica no muy potente como la i740, o lo que es lo
mismo: comparar dos configuraciones representativas del segmento
medio-bajo (probablemente el que más dinero da a los fabricantes
de PCs).
Los resultados son los siguientes:
Como vemos, bastante similares; en aplicaciones ofimáticas
prácticamente idénticos, una variación del rendimiento de
menos de 1% no quiere decir absolutamente nada, y menos cuando se
cambia la placa base. En el aspecto puramente gráfico sí
parecen existir leves diferencias a favor de la solución con
placa BX, pero no por encima del 5%.
En cuanto al overclocking, no ha existido ningún problema en
pasar del bus por defecto (66 MHz) a un bus de 75 MHz, y el
aumento de rendimiento es considerable, especialmente en la parte
gráfica, donde obtenemos un 12% más de
rendimiento. Lo más interesante es que la estabilidad
con el overclocking de 75 MHz fue total, incluso mejor
que en el modelo BP6, como corresponde a la experiencia de ABIT
en este campo. Y existe más campo para explotar: 83 MHz, subir
el voltaje del micro...
Las pruebas nos confirman lo que esperábamos: la WX6 es una
placa con un rendimiento ofimático y en 2D más que aceptable y,
si vamos a utilizarla fundamentalmente en estos campos, económicamente
resulta una solución más lógica que una placa BX (no olvidemos que
además incluye una controladora de sonido, más o menos el equivalente
a una SoundBlaster 64 PCI). Además, su
capacidad para el overclocking es más que aceptable y nos
permite conseguir un buen puñado de MHz gratis.
Conclusión
Lo primero que quiero es dejar claro que no podemos equiparar
esta placa base a sus hermanas BE6, BF6 o BP6. La WX6 juega en
otra liga y persigue objetivos distintos. Si queremos una placa
base de gran calidad, llena de características novedosas y
orientada hacia el overclocking, probablemente necesitamos una
placa base de ABIT... pero no necesariamente la WX6.
La WX6 tiene características nunca vistas en otras placas
base, pero como todas las placas con chipset i810 carece de la
posibilidad de actualizar la controladora de vídeo, y este punto
debe centrar nuestra decisión. Si queremos montar un equipo de
altísima potencia gráfica 3D, sin duda no es nuestra placa base;
pero si buscamos un equipo para uso ofimático o doméstico,
con un precio muy razonable, capacidades para overclocking y gran
calidad, la WX6 resulta una elección perfecta, mucho
mejor que otras placas i810 más limitadas (incluida, en
mi opinión, la CA810 de Intel).
Por otra parte, su gran integración de componentes resulta
ideal para quienes deseen actualizar un equipo viejo o a los que
nunca hayan instalado una placa base. Con otras 10.000-12.000 pts
conseguimos un Celeron 400 ó 433 (que casi seguro podremos hacer
funcionar a 450 ó 488 MHz) y ya tenemos el equipo completo. Y si
instalamos un módem AMR, presumiblemente bastante baratos (el único
que he visto costaba menos de 3.000 pts), o un soft-módem PCI,
incluso tendremos acceso a Internet a un precio casi ridículo.
En cuanto a la capacidad de expansión, está sólo relativamente
limitada, ya que tenemos 5 ranuras PCI y todas están
disponibles, además de numerosos voltajes y multiplicadores
disponibles para los futuros Celeron... y siempre está el overclocking,
claro.
La moraleja de esta historia podría ser que la potencia de vídeo
en 3D y su posible actualización son cosas muy importantes...
según para quién. En estos tiempos de cambios, con el
mismísimo Slot1 abocado a la desaparición y sin nadie que sepa
qué memoria utilizarán los ordenadores de dentro de 6 meses,
resulta a veces preferible dejarse de predicciones y comprar
para el hoy, que es cuando vamos a disfrutar el ordenador.
Carpe diem...